lunes, 21 de febrero de 2011

La ecología de la crisis

JUAN LÓPEZ DE URALDE

A estas alturas y con la que está cayendo, todavía hay quien no ve la estrecha relación entre la crisis económica y el deterioro ecológico global. Inmersos como estamos en un modelo cuyo motor es el crecimiento continuado y cuya fuente de energía es fundamentalmente combustible fósil, la base física sobre la que nos asentamos muestra síntomas evidentes de agotamiento que están teniendo un impacto mesurable en la actividad económica.

Artículo completo en Público

jueves, 17 de febrero de 2011

Empleo verde, el futuro de la economía

El respeto por el medio ambiente ha abierto un nicho en el mercado de trabajo con grandes perspectivas de crecimiento.

El desarrollo de una nueva cultura basada en la preservación de los recur­sos naturales y el uso de energías limpias ha generado nuevas salidas profesionales. En un momento en el que el paro llega al 20% de la población activa, es positivo que las perspectivas de crecimiento en el llamado empleo verde auguren un potencial de un millón de puestos de trabajo durante la próxima década.

Alcanzar la cifra del millón de empleos verdes en diez años ha sido calificado de exagerado por algunos sectores pero no hay que olvidar que en la última década este sector ha experimentado un crecimiento del 235%, al pasar de unos 158.500 puestos de trabajo en 1998 a casi 531.000 en 2009.

En España el empleo en actividades relacionadas con el medio ambiente representa ya un 2,62% de la población ocupada con un total de 530.947 puestos de trabajo.

Dentro del empleo verde, el sector dedicado a la gestión y tratamiento de residuos, con el 26,4% del mercado que suponen 140.343 puestos de trabajo, es el que ocupa a más trabajadores, seguido de las energías renovables, con 109.368 puestos de trabajo que representan ya el 20,6% del total. Sin embargo, es este sector el que más ha crecido multiplicándose por 30 el número de empleos en los últimos diez años. El tercer lugar es para el tratamiento y depuración de las aguas residuales que con el 11% emplea a casi 60.000 trabajadores.

En cuanto a la distribución geográfica de estos empleos, el informe señala que se concentran principalmente en cuatro comunidades autónomas: Cataluña (93.660), Andalucía (91.517), Madrid (62.494) y Valencia (54.279). La ocupación de los trabajadores en los diferentes sectores es diferente en cada comunidad autónoma. Andalucía destaca por ser la región donde la agricultura ecológica tiene más peso, empleando a más de 20.000 trabajadores, mientras que en el resto de España la gestión de residuos y energías renovables son los sectores más importantes.

La rehabilitación y edificación sostenible, las tecnologías de la información y la comunicación, las actividades específicas relacionadas con la mitigación o adaptación al cambio climático, la movilidad y transporte sostenibles, la economía de la biodiversidad, los cultivos agroenergéticos, la ecología industrial y consultoría y formación medioambiental son algunos de los nuevos yacimientos de empleo verde que presentan un alto potencial laboral.

El perfil del trabajador que desarrolla su actividad en las empresas vinculadas con el empleo verde se corresponde con un trabajador cualificado en un elevado porcentaje. Un informe del Instituto Sindical de Trabajo Ambiente y Salud (ISTAS) señala que en las empresas de energías renovables trabajan técnicos cualificados bien titulados superiores (32%) o medios (18%).

Todo ello se traduce en la necesidad de tener los trabajadores una formación especializada para poder optar a los empleos más cualificados dentro de las diferentes actividades de medio ambiente. Un reto para las nuevas generaciones de estudiantes que encontrarán aquí su salida profesional.

En definitiva, se trata de implantar una nueva economía, más inteligente y más respetuosa con el medio ambiente, basada en la innovación y en un mejor aprovechamiento de los recursos. Las actividades relacionadas con la economía sostenible son las que se pronostican como las mayores generadoras de empleo.

Este texto es un resumen de un artículo del nº11 de la revista esPosible.


martes, 15 de febrero de 2011

Dación en pago, una solución posible y necesaria

El miedo del Gobierno a la banca ha impedido la aprobación de medidas para mitigar el impacto del fin de la burbuja inmobiliaria en las familias.

ADRIÁ ALEMANY / Miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca

Lunes 14 de febrero de 2011.   Diagonal. Número 143.

En los últimos años, miles de familias en el Estado español han descubierto horrorizadas que al quedarse sin ingresos y no poder hacer frente al pago de su hipoteca, no sólo se enfrentan al drama de perder su vivienda, sino que además se les condena con una deuda de por vida. Desde hace dos años, la voz organizada de los afectados ha conseguido elevar a debate público una propuesta: regular la dación en pago, para que con la entrega de la vivienda se liquide la totalidad de la deuda hipotecaria. A medida que la propuesta se ha ido abriendo hueco en los medios de comunicación, ha ido recogiendo la adhesión de entidades sociales y organizaciones sindicales, obligando a las formaciones políticas a posicionarse públicamente. Sin embargo, ¿por qué no se aprueba la dación en pago? Para abordar esta pregunta es necesario analizar la evolución del debate y los argumentos desde sus orígenes.



jueves, 10 de febrero de 2011

Contra el "pacto" social

La Coordinadora Verde estatal y andaluza, contra el acuerdo alcanzado por Gobierno, patronal y UGT-CCOO

La Coordinadora Verde, a través de su grupo e trabajo Ecosindicalismo, manifiesta su rechazo frontal al acuerdo alcanzado por Gobierno, Patronal y UGT-CCOO en relación al sistema de pensiones, al considerarlo un ataque desmedido e injusto hacia la ciudadanía y una de las mayores agresiones de la historia reciente a nuestros derechos sociales, lo que supone la escenificación del fin del Estado del Bienestar al que nos intentan arrastrar.

En nuestra opinión, como bien se apunta desde el Gobierno, es urgente una reforma de nuestro sistema de pensiones, pero en los términos contrarios a los pactados en este acuerdo, haciendo hincapié en la reducción de la jornada laboral como principal medida de lucha contra el paro y abogando por una reducción paulatina de la edad de jubilación a los 60 años, con el objetivo de incorporar al mercado laboral a esa gran masa de trabajadores que en las ctuales circunstancias no disponen de trabajo. Asimismo, abogamos por una reforma profunda de nuestro sistema laboral, que favorezca el acceso de las mujeres al mismo en condiciones de igualdad, y que facilite la respetuosa conciliación de su vida familiar-social y laboral, con el objetivo de que la maternidad no sea un lastre a la hora de conseguir y/o mantener un puesto de trabajo.


Prolongar la edad de jubilación a los 67 años, con la actual tasa de paro juvenil existente en nuestro país resulta, a todas luces, contraproducente. Además, el aumento del período de cálculo de la prestación de 15 a 25 años conducirá a una gran parte de la población activa a ver reducidos sus ingresos, obligándoles de este modo a recurrir a planes de pensiones privados que, en última instancia, son los grandes beneficiados de este acuerdo.

Por otra parte, el pacto establece la necesidad de cotizar 37 años (antes 35) para cobrar el 100% de la pensión máxima, la imposición de un mínimo de 38,5 años cotizados para poder jubilarse a los 65, y un retraso de la jubilación anticipada de los 61 a los 63 años. Medidas todas ellas que dificultan el acceso al mercado laboral a los 4,2 millones de parados que hay en España, de los que 930.621 son andaluces, y que en ningún caso contribuirán a reducir nuestro déficit público antes del 2013.

Para Ecosindicalismo, cualquier acuerdo sobre este tema debe contar con el respaldo mayoritario de la sociedad y no con un rechazo generalizado de la misma, como vienen indicando las encuestas. Para la Coordinadora Verde, no es justificable una reforma de nuestro sistema de pensiones que repercuta sobre las clases más desfavorecidas, cuando existen otro tipo
de alternativas no contempladas, como son: el aumento de los impuestos a las rentas más altas, la persecución eficaz del fraude fiscal, la eliminación de los paraísos fiscales, la aplicación de una tasa para las transacciones financieras especulativas y, en definitiva, cualquier medida que establezca un reparto más justo y equitativo de la riqueza.

Por último, la Red de sindicalistas sensibilizados con la ecología política ve necesario el desarrollo de un nuevo modelo energético que nos haga menos vulnerables a las fluctuaciones de los mercados financieros, e insiste en la necesidad de alcanzar un 100% de energías renovables, lo que supondría no solo el cese de la emisión de millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, sino también la creación de 2.775.000 empleos verdes en 2020, según el Informe Económico del Presidente del Gobierno.


Ecosindicalismo es una Red transversal de sindicalistas sensibilizados con los planteamientos de la Ecología Política en la que participan delegados y delegadas de distintos sindicatos, y cuyo objetivo es apoyar la economía sostenible y el respeto por el medio ambiente.

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miércoles, 9 de febrero de 2011

La cuentas de las pensiones

Miren Etxezarreta Público 22-01-2011


El argumento principal para justificar la reforma de las pensiones que está en curso es que “no hay dinero” para sostener el sistema público porque el número de ancianos aumenta y el número de cotizantes no lo hace en la misma proporción, y que la reforma tiene por objetivo hacer viables las pensiones futuras. Al mismo tiempo se invita a la ciudadanía a que suscriba planes de pensiones privados para compensar las pensiones públicas que, se acepta, tendrán que disminuir. La carencia de recursos para las pensiones públicas es un dato que se toma como premisa.


¿Es así? No, porque en la mayoría de las rotundas afirmaciones sobre la inviabilidad futura de las pensiones se ignora la evolución de la riqueza de los países y que menos personas pueden producir más riqueza. En las sociedades modernas, a pesar de las crisis sucesivas, la capacidad de producir riqueza aumenta mucho en el tiempo. Y esta riqueza adicional puede cubrir las necesidades de mayor gasto que requeriría el mayor número de ancianos que se prevén, suponiendo que estas predicciones sean correctas. En España, con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se observa que el PIB a precios constantes de 1986 pasó de 21,5 miles de millones de pesetas en 1971 a 44,2 miles de millones en 1997; es decir, que la producción de riqueza se dobló en 26 años. Asimismo, desde 1971 a 2006 la renta per cápita –renta producida por persona– se multiplicó por algo más de dos. Si bien la crisis rebajó algo dicho aumento en el periodo 2006-2009, todavía se puede afirmar que, en el periodo 1971-2009, la renta per cápita en términos constantes por lo menos se duplicó. En definitiva, el país es el doble de rico por persona que hace 40 años.


Asimismo, hay que recordar que, a medida que el sistema económico evoluciona, con menos personas se produce más riqueza. De modo que, frente a lo que erróneamente sostienen reputados economistas, el número de trabajadores activos es irrelevante respecto a la viabilidad de mantener las pensiones en el futuro. Lo que importa no es cuántos trabajadores hay, sino la riqueza que producen.


Si, como es de esperar, a pesar de los avatares del capitalismo actual la capacidad de producir riqueza sigue aumentando, no hay ninguna razón por la que estas sociedades no puedan mantener una población mayor de ancianos. La riqueza, los recursos materiales y el dinero necesario existen en la sociedad. Por tanto, si se afirma que no hay dinero para las pensiones, la pregunta pertinente es: ¿dónde está entonces la riqueza producida? ¿Quién se ha hecho dueño de la misma?


De la riqueza producida anualmente en el país, las remuneraciones al trabajo se llevan algo menos de la mitad, mientras que algo más del restante 50% de la riqueza es absorbido por el capital. Por su parte, el Estado se nutre –desigualmente– de ambas fuentes. En España las pensiones públicas se pagan con las contribuciones de los salarios, pero no hay ninguna razón económica por la que haya de ser así. La crisis de las pensiones públicas, si llegase a producirse, sólo sería debido al mantenimiento del sistema dentro del más estricto statu quo. Pero no hay absolutamente ningún motivo por el que el sistema no pueda modificarse en dirección distinta de la que se está proponiendo ahora. Si cada vez se insiste más en la importancia de los aspectos inmateriales en la producción de riqueza –conocimiento, investigación, educación, salud, gobernanza…–, es una falacia no considerar que la sociedad es una unidad cuyo esfuerzo conjunto produce una riqueza que se ha de distribuir entre todos. ¿Por qué sólo los trabajadores en activo han de costear las pensiones? La crisis de las pensiones no es porque faltan recursos; es debida a una distribución perversa de la renta. Lo que pasa es que la riqueza producida está muy mal repartida.


Se recomiendan las pensiones privadas, pero ¿no sería más seguro y eficiente aumentar la dotación a las pensiones públicas que potenciar que se invierta el dinero en pensiones privadas, enormemente inseguras, vulnerables ante la inflación y de alto coste de gestión? ¿Acaso es esta la solución? Es destacable que en el debate sobre las pensiones no se haga referencia al bienestar de los pensionistas, quienes implícitamente parecen ser considerados como afluentes. ¿Y cómo es que se conceden generosas exenciones fiscales a las pensiones privadas mientras se plantea que no habrá dinero para las públicas?


Hay soluciones distintas a la disminución de las pensiones públicas si eventualmente se presentan problemas para las mismas. Y además, en cualquier caso, ¿por qué tanta prisa en plantear ahora, en plena crisis, un problema que, se materializaría dentro de 20 años?


Es evidente que la reforma de las pensiones, tal como se presenta desde 1994 por el Banco Mundial y se refuerza e intensifica ahora por las instituciones internacionales, la Unión Europea y los gobiernos respectivos, no tiene sus raíces en los problemas económicos de las pensiones públicas futuras, sino en el gran interés de las instituciones financieras en absorber todavía más un suculento negocio (los fondos de pensiones gestionan actualmente el 35% de todas las acciones existentes en el mundo).


La reforma de las pensiones públicas a la baja, como la actual, no tiene como objetivo resolver el problema de las pensiones públicas sino potenciar las pensiones privadas, que constituyen un estupendo negocio para los capitales financieros que dominan nuestras sociedades. Para ello, el capitalismo no duda y consigue convertir en problema el alargamiento de la esperanza de vida, uno de los pocos avances reales que el sistema socioeconómico permite.


Miren Etxezarreta es Catedrática emérita de Economía Aplicada de la UAB

Ilustración de Iker Ayestarán