jueves, 28 de octubre de 2010

Hispalinux: Por una industria española de la informática y las nuevas tecnologías

Informática Verde se hace eco de este artículo publicado por Hispalinux, en el que se lanzan varias ideas básicas para la estructuración sostenible de una industria española del conocimiento:

* Sustituir la economía del ladrillo por la economía del conocimiento.
* Exigir a las multinacionales informáticas asentadas en España la reinversión local en I+D.
* Establecer garantías jurídicas sobre la Neutralidad de la Red.
* Solventar la crisis en la contratación pública de servicios informáticos.
* Apostar desde las Administraciones Públicas por el software libre.
* Ofrecer garantías jurídicas del comportamiento de las AAPP en el mercado TIC.

El texto completo puede leerse aquí.

miércoles, 20 de octubre de 2010

La eficiencia energética como fuente de empleo

Menos es más. Esta afirmación es el pilar de una economía y una sociedad basada en los principios del decrecimiento. Menos horas de trabajo, más calidad de vida; menos consumo, más felicidad; menos gasto energético, más puestos de trabajo, etc. Un perfecto ejemplo de que puede generarse empleo bajo estas tesis es el análisis del impacto laboral que puede tener el implementar de forma correcta políticas de eficiencia energética. Consumir menos energía puede generar mucho empleo. Los datos expuestos en el presente artículo han sido extraídos del Informe "Empleo Verde en una economía Sostenible" elaborado por la Fundación Biodiversidad y el Observatorio de Sostenibilidad de España.

La eficiencia energética como fuente de empleo:

El ahorro energético es el medio más rápido, eficaz y rentable de reducir emisiones de gases causantes del Cambio Climático y de mejorar la calidad del aire. Además, ayuda a reducir la dependencia energética del petróleo de una UE muy dependiente de las importaciones, con lo que esto supone ambiental y económicamente, ante un panorama de inestabilidad de los precios del petróleo. Es imposible prever estos precios en el futuro, especialmente si la demanda del mundo en desarrollo sigue aumentando tan rápidamente como hoy.

El fuerte impacto en el empleo de las inversiones en eficiencia energética se debe al resultado combinado de dos efectos distintos. Por un lado el derivado de reinvertir los fondos ahorrados gracias a la eficiencia energética (2/3 partes del impacto total en el empleo) y por otro el empleo que necesariamente debe crearse para ejecutar las inversiones en eficiencia energética.

Varios estudios sobre el impacto en el empleo de las inversiones en eficiencia energética han concluido que, para una misma unidad monetaria empleada, se genera de media el triple de empleo que la dedicada al carbón o nuclear.

El sector de la construcción, que ha reducido su tasa de ocupación en torno a 820.000 personas desde principios de 2008 (según datos de la Encuesta de Población Activa), es el mejor candidato para llevar a cabo este esfuerzo de reconversión en clave de eficiencia energética. A continuación se indican diversas estimaciones sobre rehabilitación de viviendas, empleo y emisiones, desde diferentes instituciones, organizaciones y empresas.

Según estimaciones hechas por el Consejo Alemán para el Desarrollo Sostenible, podrían crearse más de 2.000 empleos a tiempo completo por cada millón de toneladas de petróleo equivalente ahorrado mediante medidas o inversiones en la mejora de la eficiencia energética, en vez de inversiones en la producción de energía.

El presidente de El proyecto climático para España, Juan María González, ha afirmado en el Congreso de Arquitectura Sostenible de Valladolid que la adaptación de edificios para reducir las emisiones de dióxido de carbono podría dar trabajo a cuatro de cada cinco parados relacionados con la construcción, lo que supondría unos 800.000 empleos.

Según un estudio elaborado por el sector , si se rehabilitaran entre 250.000 y 400.000 viviendas al año, se podrían generar entre 180.000 y 290.000 empleos directos en el sector de la construcción, y alcanzar un volumen de mercado entre 9.000 y 14.400 millones de euros/año. Esto evitaría la emisión de entre 8 y 13 millones de toneladas de CO2 en sólo tres años.

Propuestas para la transformación de la rehabilitación y la renovación urbanas en un servicio público de financiación público-privada y otras similares se han venido desarrollando recientemente en países como Estados Unidos o el Reino Unido y en todos los casos han sido capaces de movilizar volúmenes significativos de inversión privada. La entrada del capital privado en estos proyectos, con períodos de retorno a medio y largo plazos, bajo un marco jurídico predecible y estable, permitiría descargar sobre grandes inversores privados el esfuerzo económico que ahora deben hacer las familias. Sólo en la ciudad de Nueva York, uno de estos programas ha movilizado unos 1.200 millones de dólares, con la expectativa de obtener 2.900 millones de inversión privada hacia 2020 y un ahorro de más de tres millones de toneladas de CO2 al año.

Además el sector de la rehabilitación tiene la ventaja de ser intensivo en mano de obra, de tener repercusiones a escala local y regional y de no recurrir a la importación.

Todo esto sin contar la economía sumergida, no deseable pero que en el sector de la construcción y rehabilitación se considera que puede alcanzar el 25%.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Una lectura ambiental de los Presupuestos 2011

JUAN LÓPEZ DE URALDE 13/10/2010

En los últimos meses se han sucedido diversas convocatorias electorales que han tenido un nexo común: el progresivo avance de opciones políticas que tienen el ecologismo como eje fundamental de su acción. El caso más reciente, y sonado ha sido el espectacular avance de la brasileña Marina Silva quien, a la cabeza del Partido Verde, ha rozado el 20% de los votos. Gracias a ello puede convertirse en árbitro del futuro de aquel país. El resultado de Marina Silva en un país clave en el tablero global acaba con el falso mito de que las políticas ecológicas son solo un lujo para los países ricos, poniendo de manifiesto que el sentido de identificación con ideas que buscan la sostenibilidad ecológica está cada vez más extendido por todo el globo.

Pasados unos meses desde el fracaso de la Cumbre de Copenhague, parece que el mundo empieza a sacudirse la capa de tristeza y escepticismo que trajo el pobre resultado de aquella reunión sobre cambio climático. Y lo está haciendo de una forma inesperada, pero significativa: apoyando con el voto el avance de propuestas ecologistas. De hecho, ahora los problemas ambientales estarán en el centro del debate en la segunda vuelta electoral de Brasil, ya que ambos candidatos tratarán de arrastrar a su terreno los 20 millones de votos verdes.

De alguna manera, la incapacidad de los líderes mundiales para dar la respuesta adecuada y necesaria a problemas globales tan acuciantes como el cambio climático o el hambre y la pobreza, está generando corrientes de opinión que empiezan a aflorar a través de propuestas políticas que, como la brasileña, irrumpen de manera novedosa en el panorama. Y es que parece que la impotencia puede transformarse en acción positiva, si ese descontento se encauza hacia nuevas propuestas y nuevas formas de organización. Ello es lo que pretendemos también con Equo.

Esta nueva marea verde se produce mientras en España nos encontramos inmersos en el debate presupuestario. Unos Presupuestos, los de 2011, de marcado carácter restrictivo del gasto público. El giro antisocial del Gobierno de Zapatero ha sido respondido nada menos que con una huelga general, cuyas demandas, de momento, no parece escuchar el presidente del Gobierno. Desde mi punto de vista, este giro del Gobierno socialista comienza a percibirse cuando en el comienzo de la segunda legislatura, Zapatero fusiona los Ministerios de Medio Ambiente y Agricultura, y entrega su gestión a una persona, Elena Espinosa, totalmente alejada de cualquier planteamiento mínimamente cercano a posiciones ecologistas.

Desde entonces las cuestiones ambientales no han tenido un peso relevante en la acción del Gobierno de Zapatero. Por más que en 2008 anunciase que el cambio climático sería uno de los tres ejes de su actuación, lo cierto es que el proceso de abandono de lo ambiental ha sido evidente. La razón detrás de ese abandono no es otra que la aceptación de las presiones que se ejercieron desde distintos sectores económicos contra las políticas ambientales que pretendían lograr medidas tan poco revolucionarias como el control del urbanismo en la costa, la protección de los espacios naturales valiosos, el cumplimiento del Protocolo de Kioto, la defensa de los recursos marinos o el cierre progresivo de las centrales nucleares.

Los Presupuestos Generales presentados por el Gobierno para 2011 profundizan en este abandono. Ciertamente, el recorte presupuestario ha afectado a todos los Ministerios. Pero, después de Fomento, es Agricultura -que actualmente incluye Medio Ambiente- el segundo departamento que ha sufrido un mayor recorte. Pero todavía es más alarmante conocer que apenas el 5% del total presupuestario de este Ministerio se dedica a políticas de protección ambiental. Por ejemplo, para el cambio climático, el Ministerio dedicará en 2011 exactamente el 2,3% de su presupuesto. Con estos datos en la mano es muy difícil que temas que ocupan los primeros puestos entre las preocupaciones globales dejen de ser marginales en nuestro país.

Dedicando presupuestos tan exiguos es imposible alcanzar los ambiciosos objetivos de reducción de las emisiones contaminantes establecidas como necesarias por el IPCC.

No existe justificación alguna para explicar esta marginación a la que el Gobierno ha llevado al medio ambiente. España, por su situación y sus condiciones geoclimáticas, está tan necesitada, o más, que el resto de Europa de políticas activas que tengan en consideración la necesidad de restablecer el equilibrio entre el entorno y la actividad humana.

En esta desidia, que se plasma en acuerdos que jamás llegan a cumplirse y que se convierten en meras declaraciones de intenciones; esta falta de un compromiso serio por nuestro planeta y por el presente y futuro de todos sus habitantes, está provocando una nueva corriente mundial que mira a la Tierra no solo como el proveedor de los recursos que necesitamos para subsistir, sino como el marco en el que vivimos y que es necesario preservar. España no debe seguir ajena a esta corriente, porque necesita, como ningún otro país, un giro ambiental.


sábado, 2 de octubre de 2010

Presupuestos desastrosos

El Gobierno de Zapatero acaba de aprobar unos presupuestos desastrosos. Una errónea política generalizada de contracción del gasto público. Aquí la crítica de la Coordinadora Verde a unos presupuestos que dan la espalda al medio ambiente.

Los Verdes de Cádiz somos defensores de la austeridad. Pero de la austeridad especialmente ante las políticas de gasto desastrosas. Planes E para echar chapapote a las calles o para fomentar la compra de coches, grandes infraestructuras de dudosa utilidad, avales para salvar los trapos sucios de la banca, rescate de viviendas que las promotoras no han podido poner en el mercado, Afganistán, Carbón, etc... Ahora sufrimos la resaca de estos desmanes económicos.

Frente a este tipo de gastos, bueno hubiera sido que los presupuestos aprobados apostaran por una expansión racional en el gasto público. Gasto social, investigación y desarrollo, renovables, etc. En definitiva una economía de servicios de calidad (reduciendo el consumo de materiales) , una economía de bienestar. El profesor Vicenç Navarro reflexiona de forma lúcida en este extenso artículo sobre la necesidad de apostar por el gasto público en época de crisis.

La mejor forma de salvar estos presupuestos es incidir en los ingresos y no en el gasto. Una reforma fiscal progresiva y progresista, que grave de verdad las rentas más altas y no con la tomadura de pelo que supone la reforma del IRPF propuesta por el gobierno.

Estamos hartos de escucha a Zapatero decir que hay que atender a los mercados. ¿Quién atiende a la ciudadanía?