miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cancún: una tragedia precocinada

La tragedia estaba precocinada. De todos era sabido, y en especial por el movimiento ecologista, que se trataba de una muerte anunciada. El fracaso de la Cumbre de Cancún era previsible.

Aunque no en las dimensiones catastróficas que anticipábamos los que conocemos la "cocina" de estas pomposas Cumbres, recuerden Copenhague, el resultado no es muy prometedor. Y no lo es, porque el acuerdo que sí lo era, aunque reconocidamente insuficiente, el Protocolo de Kyoto, que contaba con las firmas más determinantes del planeta, como la de EEUU, ha quedado en papel mojado. Especialmente por países como España, que lo ha alcanzado al mismo nivel que el programa electoral del Partido Socialista Obrero Español o el pleno empleo. Da risa (por no llorar) escuchar a la Ministra Aguilar, al puro estilo Zapatero de brindis al sol, decir que “considera necesario alcanzar el objetivo del 30%”. No sabemos si se refiere con este 30% a la reducción de emisiones o a la tasa de desempleo, pues con el PEIT que plantea el gobierno de España resulta complicado pensar en esos objetivos de reducción de emisiones.

Volviendo al plano internacional, el ninguneo mostrado por los principales contaminadores del planeta, EEUU y China, invalida de facto la utilidad de los acuerdos que en la insostenible Cancún se han tomado. No es posible hoy en día el diseño de un camino apropiado sin el compromiso de estos países de alcanzar el 40% de reducción de las emisiones de CO2 del planeta.

Con la negativa de éstos, el resto de países saben que lo que anuncien es pura propaganda. De hecho, "hacen buenos" a los otros. Y parece no importarles. ¿O hay alguien que haya oido mencionar, de político o analista, la necesidad de forzar diplomáticamente a estos países? Para nada. La diplomacia no existe para estas cuestiones. Como muestran las revelaciones aportadas por Wikileaks, lo importante son otras cosas como lo que piensa el Papa o la vida íntima de Berlusconi.

Finalmente la principal lectura que podemos sacar de esta Cumbre es que no es posible acuerdo por el clima sin crecimiento económico. O de otra manera, que no nos pondremos de acuerdo en estas cuestiones hasta que la economía vaya por donde "debe" ir, crecimiento al 2 ó 3%. Para las mentes lúcidas que conocen las relaciones del crecimiento económico con el Calentamiento Global, la paradoja es apocalíptica!!!

Para salvar el clima debemos empezar a hablar de otro modelo económico, todo lo demás seguirá siendo papel mojado. Como los acuerdos de Cancún.