La ONU cree que es posible crear millones de empleos "decentes" en línea con los esfuerzos por reducir los efectos del cambio climáticoLa semana pasada, cuando líderes mundiales se reunían en Nueva York para reclamar ante la Asamblea general de la ONU medidas que eviten que la crisis financiera actual se globalice y frene, aún más, el desarrollo y el cumplimiento con los Objetivos del Milenio, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) daba a conocer un nuevo informe orientado a la creación de millones de empleos en las próximas décadas.
Green Jobs: Towards Decent Work in a Sustainable, Low-Carbon World [Empleos verdes: hacia el trabajo decente en un mundo sostenible con bajas emisiones de carbono] afirma que la transformación de modelos de empleo e inversiones como consecuencia de los esfuerzos por reducir los efectos del cambio climático generan nuevos tipos de trabajo en muchos sectores y economías, tanto en los países industrializados como en países en desarrollo.
"Una economía sostenible no puede continuar externalizando los costos ambientales y sociales. El precio que la sociedad paga por las consecuencias de la contaminación o las enfermedades debe reflejarse en los precios del mercado. Por lo tanto, los empleos verdes deben ser trabajo decente", se puede leer en el estudio.
En este concepto de trabajo decente se incluyen las actividades que ayudan a proteger los ecosistemas y la biodiversidad, a reducir el consumo de energía, materias y agua a través de estrategias altamente eficaces, a reducir la dependencia del carbono en la economía y minimizar o evitar por completo la producción de todas las formas de desechos o contaminación.
Green Jobs fue financiado y encargado por el Pnuma en el marco de una iniciativa conjunta con la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El estudio, que presenta un panorama global, fue finalmente realizado por el Instituto de la Vigilancia Mundial (Worldwatch Institute) con asistencia técnica del Cornell Labour Institute.
Aunque el informe es en general optimista, también alerta de que muchos de estos trabajos pueden ser "sucios, peligrosos y difíciles". Las áreas que despiertan especial preocupación son la agricultura y el reciclado, en las que es necesario modificar situaciones como bajos salarios, inseguridad en los contratos y exposición a materiales peligrosos.
El Pnuma alerta, además, de que se crean muy pocos empleos verdes para los más vulnerables, es decir para los 1.300 millones de trabajadores pobres (43% de la fuerza de trabajo mundial) con ingresos tan bajos que no les permiten a ellos ni a sus familiares superar el umbral de la pobreza de 2 dólares por persona al día, o los cerca de 500 millones de jóvenes que buscarán trabajo en los próximos diez años.
Como ejemplos de esta creación masiva de empleos verdes en todo el mundo, se citan: en China, 600.000 personas están empleadas en la producción de energía térmica y en la instalación de productos como calentadores de agua solares; en Nigeria, la industria de biocombustibles basada en el cultivo de la mandioca y la caña de azúcar podría sustentar y emplear a 200.000 personas; en India, para 2015 se podrían crear 900.000 empleos en la gasificación de biomasa; y en Suráfrica, 25.000 personas desempleadas trabajan ahora en la conservación como parte de la iniciativa Working for Water.
Naciones Unidas hace aquí un llamamiento a lograr "transiciones justas", para lo que considera que es esencial un diálogo entre gobiernos, trabajadores y empleadores.